Sección: Salud Publicación: Revista nº 74
Escualeno: descubre todas sus propiedades
Este compuesto orgánico
natural forma parte de nuestros tejidos. Su acción beneficiosa sobre las
células lo convierte en un gran antioxidante, fortalece nuestro sistema inmune
y reduce el colesterol malo (LDL).
Historia
o leyenda, lo cierto es que los antiguos pescadores de la bahía de Suruga
(Japón) se caracterizaban por su fortaleza y vitalidad, propiedades obtenidas
del consumo regular de extractos procedentes del hígado de tiburón que avivaban
las envidias de los señores feudales. Advertidos de esta fuente de energía, los
Shogun exigían a sus guerreros, los Samurai, que la consiguieran para ellos.
El
conocimiento real de este secreto se remonta al Pen
Tsao Kang Mu, la obra compilada por el gran naturalista chino Li Shih Chen y
publicada en 1596 bajo la dinastía Ming. Este antiguo libro, considerado como
la Biblia de la medicina oriental, narra con detalle los beneficios del aceite
de hígado de tiburón motivados en una de sus más extraordinarias propiedades:
el escualeno.
Características
Desde
el punto de vista de su composición química, el escualeno es un hidrocarburo
poliinsaturado acíclico cuya estructura molecular se asemeja a la de la
vitamina E; sin embargo, el primero contiene cuatro grupos adicionales de
isoprenoides (antioxidantes naturales muy potentes). El
escualeno se encuentra no sólo en el aceite de hígado de tiburón, sino también
en nuestro organismo, siendo una molécula esencial para el mismo desde el
comienzo de nuestra vida.
En los recién
nacidos, su elevada concentración permite el completo desarrollo de su sistema
inmunológico. Un efecto derivado de ciertas investigaciones llevadas a cabo por
científicos suecos (véase el bioquímico Bo Hallgren, de la Universidad de
Goteborg), quienes lograron demostrar que el poder del sistema inmunológico de
los tiburones se debía principalmente a la elevada concentración de
alquigliceroles en el aceite de su hígado, sustancias que también están presentes
en nuestra leche materna, médula ósea y otras partes del organismo. A partir de
los 25 años, aproximadamente, comienza a disminuir la proporción de escualeno
en nuestro cuerpo, y los efectos negativos no se hacen esperar. Por ello, es
necesario un aporte extra de esta sustancia que permita paliar esa pérdida y
garantice la protección de nuestro organismo.
Beneficios
Como ya hemos
apuntado, el escualeno es una molécula que forma parte de manera natural de
nuestros tejidos, por lo que carece de efecto tóxico alguno y evita cualquier
tipo de rechazo. A partir de ahí, su actividad antioxidante, su estímulo
inmunológico y sus propiedades de generación de oxígeno nos ayudan a mejorar
nuestra calidad de vida en diferentes aspectos de la salud.
La
bibliografía científica relativa a las aplicaciones saludables del escualeno es
abundante, y numerosas investigaciones médicas señalan los siguientes efectos
beneficiosos:
Sistema
inmunológico → El escualeno presenta un
amplio espectro de propiedades antivirales, antifúngicas y antibacterianas,
aumentando la eficiencia del mecanismo de defensa de nuestro sistema
inmunológico. También incrementa la producción de glóbulos blancos que combaten
virus y hongos, sobre todo los linfocitos T y NK (asesinos naturales).
Efecto
antioxidante y edad → La capacidad
antioxidante del escualeno (principalmente en la parte interna de la membrana
celular) protege a las células de los radicales libres. Se trata, por tanto, de
un paliativo a los efectos dañinos de la edad a nivel de todos los tejidos, y
juega un papel importante como lubricante y constituyente del tejido adiposo.
Abastecimiento
de oxígeno → El escualeno potencia el
suministro de oxígeno a las células previniendo de múltiples enfermedades
derivadas de la degeneración o mutación celular, ya que muchas enfermedades son
causadas por una deficiencia de oxígeno en la sangre y las células. Además de
generar oxígeno, lo facilita y distribuye hacia los lugares más remotos de
nuestro organismo.
Colesterol
y sistema cardiovascular → El escualeno
regula el colesterol en la sangre elevando los niveles de colesterol bueno
(HDL) y disminuyendo el nivel de colesterol malo (LDL), con lo que atenúa el
riesgo de ateroesclerosis. Además, reduce la probabilidad de padecer
enfermedades cardiovasculares (trombos, coágulos sanguíneos, infartos de
miocardio, arritmias cardíacas...).
Diabetes
→ Más allá de regular las grasas en sangre y prevenir daños cardiovasculares,
el escualeno contribuye a una piel con mejor inmunidad y menor exposición a infecciones,
así como a una mejora de la microcirculación sanguínea. También reduce los
componentes inflamatorios, y acelera la cicatrización de heridas o úlceras ya
existentes, ayudando al diabético a controlar mejor su glicemia.
Efecto
antitumoral → Científicos como Theresa J.
Smith y Harold L. Newmark sostienen que el escualeno posee efectos
citoprotectores muy significativos. Esto permite optimizar la actividad
citotóxica de los agentes radio y quimioterapéuticos, actuar directamente
contra la actividad biológica tumoral, y proteger a las células sanas de los
efectos de las terapéuticas oncológicas específicas.
La
alternativa vegetal
Ante la menor
incidencia de algunas enfermedades crónicas en poblaciones de la cuenca
mediterránea, estudios epidemiológicos y clínicos constataron que la dieta
mediterránea era la principal responsable del buen estado de salud de sus
habitantes. Más tarde se reconoció la importancia del consumo de aceite de
oliva, debido a la contribución de los “componentes minoritarios” a las
excelentes propiedades de este producto. Dichos “minoritarios” incluyen, entre
otros, sustancias como alcoholes, esteroles e hidrocarburos, y ahí se hallan
precisamente los principales antioxidantes del aceite de oliva: carotenos,
compuestos fenólicos... y el escualeno.
El ser humano
produce cerca de 1,5 g/día de escualeno, mientras que el aporte medio de una
dieta de tipo occidental es de unos 30 mg por cada 2.000 calorías. Por otra
parte, se ha estimado científicamente en 400 mg/día la ingesta mínima apropiada
de escualeno para asegurarnos los beneficios terapéuticos que esta sustancia
aporta.
Resumiendo,
la ciencia ha puesto de relieve en multitud de investigaciones que el aporte
dietario adecuado de escualeno puede lograrse a partir de una fuente 100%
vegetal como son las aceitunas, de las cuales se obtiene el aceite de oliva.
Este hecho contrasta con las fuentes de origen animal, que pueden llegar a
comprometer la supervivencia de algunas especies marinas como los tiburones.
Por lo tanto, el escualeno vegetal aparece hoy como la opción más ecológica y
sostenible, proporcionando la satisfacción de velar por lo saludable sin
comprometer el equilibrio del medio ambiente.
Dr. Álvaro Ronco
Especialista en Epidemiología Nutricional del Cáncer
Médico del Instituto de Radiología y Centro de Lucha Contra
el Cáncer CHPR
Profesor Asociado en la Facultad de Medicina de la IUCLAEH
(Uruguay)