Sección: Salud Publicación: Revista nº 65
Zumbidos, cuando el ruido viene de dentro
La audición permite que las vibraciones del sonido pasen desde el exterior hacia la parte del cerebro que controla el sistema auditivo. Un gran número de problemas, como los acúfenos, pueden ocurrir dentro de este complejo proceso, debido a que cada vez estamos más expuestos al ruido excesivo
Los auriculares, la televisión, las herramientas eléctricas, el secador de pelo, los conciertos de música, las aspiradoras, las motocicletas, etc., contribuyen al aumento del ruido. Éste, así como su efecto acumulativo en nuestras vidas, puede causarnos problemas sobre las funciones de nuestro sistema auditivo.
Se denomina acúfeno o tinnitus a la percepción de un sonido (zumbido), en uno o en ambos oídos, cuando no existe un sonido externo que provoque dicha percepción. La persona que lo sufre percibe un sonido, aun en situaciones de absoluto silencio ambiental. Se trata de un síntoma, no de una enfermedad y no debe ser confundido con alucinaciones auditivas.
El volumen de este sonido puede oscilar de leve a moderado. Algunas personas lo describen como un rumor, otras como un tarareo, un silbar, un ruido haciendo un clic, zumbidos o pitidos. Cada persona puede experimentar versiones diferentes. Los ruidos que se oyen pueden ser intermitentes o continuos, un sonido sólido o un sonido compuesto de varios tonos.
Es un síntoma tan frecuente que la mayoría de la población, en algún momento de su vida, lo ha padecido. En ciertas ocasiones, los acúfenos pueden provocar verdaderas molestias y, en estos casos, es necesario acudir a un profesional médico para su diagnóstico y posterior tratamiento. Aunque su fisiopatología no está totalmente definida, se piensa que podrían estar implicadas áreas del sistema nervioso central y periférico, lo que explicaría la distinta percepción del síntoma por los pacientes y justificaría, en parte, la débil respuesta a los diferentes tratamientos.
En España se calcula que hay un millón y medio de personas que sufren acúfenos y, de ellos, el 80% son jóvenes.
Algunos científicos sostienen que los acúfenos pueden estar causados por el insuficiente flujo de sangre en los oídos. Éste puede estar provocado por la obstrucción de las pequeñas arterias en el oído interno debido al colesterol, causando el bloqueo de la circulación en el oído. También pueden estar provocados por un ruido excesivo que causa un espasmo en las arterias, reduciendo el flujo de sangre a la cóclea. En algunos casos, no es más que un síntoma de otra enfermedad y desaparece con la curación de la misma. De una manera u otra, muchas veces son difíciles de manejar.
Entre los jóvenes, la exposición al ruido es una de las causas más probables de la aparición de acúfenos. Los casos de daño en el oído y la pérdida de audición se han ido incrementando en un número considerable con la llegada de los reproductores personales de mp3, los videojuegos ruidosos y el uso generalizado de los auriculares.
El 4% de la población española y de otros países industrializados padece ruidos constantes graves en su oído y un 1% de la población padece una situación de gravedad extrema, que afecta a su vida cotidiana, llegando a influir en su estado emocional y psicológico.
El incremento de los niveles de ruido ha crecido de forma desproporcionada en las últimas décadas y, sólo en España, se calcula que al menos 9 millones de personas soportan niveles medios de 65 decibelios, siendo el segundo país, detrás de Japón, con mayor índice de población expuesta a altos niveles de contaminación acústica.
El tratamiento de los acúfenos debe decidirlo y prescribirlo un profesional médico. Muchas personas durante su vida sufren en algún momento acúfenos, los cuales pueden llegar a alterar de forma negativa la concentración, el trabajo, el sueño, la relajación, la comunicación normal con los demás y pueden incluso conducir a una depresión psicológica.
El consumo de ciertos nutrientes puede ayudar a reducir los acúfenos, así como completar los tratamientos tradicionales. Con una buena nutrición es posible mejorar el funcionamiento de las células auditivas y también protegerlas de los radicales libres.
A continuación se destacan algunos de los principales suplementos para el tratamiento de los zumbidos en los oídos:
Ginkgo biloba: Ha sido utilizado tradicionalmente para estos casos, ya que ayuda a mejorar el riego sanguíneo de la zona alta del cuerpo, a incrementar el flujo sanguíneo en el aparato auditivo y a mantener el equilibrio.
Pueraria lobata (kudzu): Tiene efectos antioxidantes. Contiene flavonoides, ácido glutámico y otras sustancias. Posee un efecto calmante y reduce la probabilidad de sufrir acúfenos en los oídos.
Vitamina C: Ayuda a proteger el oído contra la oxidación de los radicales libres.
Vitamina B6: Estimula la actividad de los nervios que van hacia el oído interno. Ayuda en el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Vitamina B1 (tiamina): Interfiere en la actividad del sistema nervioso y juega un papel importante en el mecanismo de la audición.
Magnesio: Mejora la circulación y el estado de los nervios, por lo que facilita la audición en los enfermos de oído.
Zinc: Mineral útil para reducir el ruido en los oídos. Se toma en combinación con el cobre.
Coenzima Q10: Fuerte antioxidante, similar a la vitamina E, que mejora la circulación sanguínea en el aparato auditivo, abastece de energía a las células del aparato auditivo y protege las células contra el daño de los radicales libres.
Valeriana: Calma el sistema nervioso central.
Es recomendable comer alimentos que contengan pocas grasas saturadas de origen animal y aquellos que posean una gran cantidad de grasas insaturadas, como el pescado (salmón, trucha, atún, arenque, caballa, sardinas, anchoas, etc.), todo tipo de cereales, semillas, frutos secos, fruta fresca y verduras. El omega 3 es un ácido graso importante, que nuestro cuerpo no puede producir y debe ser obtenido a través de los alimentos.
Las Vitaminas A y E también juegan un papel importante en el funcionamiento óptimo del mecanismo de la audición. Entre los alimentos que contienen alto contenido de vitaminas A y E se encuentran el hígado, el aceite de pescado, huevos, zanahorias, nueces, germen de trigo y vegetales de hoja verde.
Para el buen funcionamiento del aparato auditivo hay que destacar la importancia de llevar un estilo de vida positivo y saludable, que incluya el ejercicio regular, y mantener hábitos de alimentación saludable.
· Natalia Dopacio
Licenciada en Biología
Directora técnica de Fitodis